Educación Física, Prácticas Alternativas, Emergentes y Expresivas

¿Es posible estudiar el carnaval desde la Educación Física?

  • Gastón Amorin Alsina (ISEF / FHCE - UdelaR)
Resumen

La siguiente ponencia pretende poner en diálogo al menos cuatro puntos por los cuáles se podría considerar el estudio del carnaval uruguayo a partir de la Educación Física (EF). En el marco de la afluencia de investigaciones del corte de las ciencias humanas y sociales, el carnaval, como práctica, como hecho, como espectáculo, como acontecimiento, tiene elementos para poder ser comprendido a partir la EF, o al menos desde la educación de los cuerpos.
El primer punto es con relación a lo lúdico. El carnaval, según Bajtín (2012), no es algo que se contemple ni algo que se represente, sino que se vive, bajo las propias reglas de la perspectiva carnavalesca del mundo. Además, el carnaval posee elementos de excentricidad y exageración, Huizinga (2014) diría que son cosas típicas de lo lúdico como factor cultural. Entendiendo que la educación (física) trata a la cultura como algo vivo, todas las personas se tornan productoras de cultura, como plantea Bracht (2019). Lo lúdico no puede quedar ajeno a esto, ya que afirmarlo, es afirmar lo humano del hombre.
El segundo punto es comprender al carnaval como dentro de la categoría del tiempo libre, e incluso del trabajo. Al menos para las personas que suben al escenario, el carnaval es un negocio y hay toda una industria que lo va manteniendo y explotando (sponsors, hinchadas, ensayos, lógicas de consumo en los tablados, merchandising de los conjuntos, entradas). Para las demás personas es un espectáculo y también una práctica del tiempo libre que se oferta como opción para los turistas en verano y los montevideanos. Además, en las formas contemporáneas, el carnaval se encuentra televisado y con los derechos de imagen privatizados, provocando que haya, en el marco del Concurso Oficial, discursos que son censurados por la empresa que lo emite y con un montón de imágenes y formas comercializables.
El tercer punto es con relación a la teatralidad y el espectáculo, en tanto que los sujetos ponen el cuerpo, las voces, los discursos, se especializan, contratan actores, vestuaristas proyectando el mayor y más serio espectáculo posible para enfrentarse al jurado y al público. Remedi (2001) dice que las actuaciones que se realizan en el Teatro de Verano en el marco del Concurso Oficial distan totalmente de la precariedad, lo amorfo y bárbaro. Se trata de un evento que se asemeja a la asistencia al cine, a un partido de básquetbol o un recital de música. ¿Queda algo de juego en ese espectáculo serio?
Finalmente, el cuarto punto corresponde al cuerpo. Si la EF contempla una educación del cuerpo, ¿está educación no podría estar dada por las lógicas carnavalescas? Incluso pensar al carnaval como práctica corporal, es decir práctica histórica y política que toma al cuerpo como objeto, pero a su vez este cuerpo es precedido por la práctica y hecho en ella (Crisorio, 2016), el carnaval por su historia en Uruguay merece ser estudiado desde este lugar.