Educación Física y Juego

Juegos ancestrales de los Pueblos Originarios. Propuesta para su inclusión en la enseñanza de una Educación Física intercultural.

  • Césaro Román UNLP - FaHCE
Resumen

Los juegos ancestrales de pueblos originarios tienen diferentes posibilidades para ser estudiados y comprendidos, si bien su principal área de observación, registro y análisis debiera ser en sus contextos de producción material y simbólico, lo que permite entender sus significados profundos, a pesar de su estudio se da a través de documentos históricos, registros de compiladores y menor medida por relatos orales actuales. Sin embargo, es posible que a partir de allí se abran otras posibilidades de abordaje para su conocimiento y difusión en propuestas educativa actualizadas, teniendo en cuenta el profundo respeto por esa cosmovisión contextual y ancestral.
La función catártica es una de las principales características de los juegos ancestrales, los juegos formaban parte un proceso holístico y comunitario, en la medida en que permitían disipar conflictos sociales, además de su componente religante vinculado a la preparación de la vida adulta, al combate, la caza y fundamentalmente a los aspectos rituales en sus diferentes manifestaciones. Dicho esto, se presenta en este artículo una serie de juegos motores ancestrales en los que se destacan diferentes tipos de materiales y lógicas para ser abordados en espacios educativos, entendiendo que es en su re-producción mimética es donde podemos hacer pie para jugar los juegos ancestrales y proyectar diferentes saberes constitutivos de esas prácticas.
En la perspectiva propuesta el análisis antropológico, social y etnohistórico es fundamental para pensar la inclusión de estos juegos, en perspectiva intercultural en Educación Física, por ello es necesario recorrer un minucioso camino de conocimiento y generar buenas prácticas creativas. De esta forma, se intenta generar las condiciones de posibilidad para que los destinatarios amplíen su capital cultural e histórico a través de un recorrido lúdico vinculado con el pasado, pero, sobre todo, a sus resignificaciones actuales y poner en contexto, promoviendo así un aporte a la construcción identitaria con el pasado de los pueblos originarios, en la medida en que permiten conocer el pasado remoto, y a su vez, posibilita la toma de conciencia de las adaptaciones y transformaciones de la cultura y de sus culturas. Este dato no es menor, no solo para interpelar la dimensión de lo originario en su perspectiva petrificada del exotismo y lo folclórico, sino también para poner en tensión la permanencia de las tradiciones atrapadas en una nostalgia romántica del pasado y, de ese modo, discutir posiciones esencialistas.
Aquello que hoy podríamos considerar juegos motores o juegos con acento en el deporte son contemporáneos a nuestra cultura tardomoderna, a nuestro ethos de época y, en rigor de verdad, poco tienen que ver (al menos desde su función y sentido actual) con aquellas prácticas lúdicas del pasado sumamente ritualizadas o ubicadas en los intersticios de la vida social. Poner el cuerpo en juego y luego reflexionar sobre estas prácticas lúdicas, nos ubican en una realidad de búsqueda y emoción de nuestro propio sentido cósmico, mágico y simbólico.