Educación Física, Políticas Feministas, Géneros y Sexualidades

LA EDUCACIÓN FÍSICA Y EL CUERPO DESDE UNA APUESTA DE EDUCACIÓN POPULAR FEMINISTA

  • Yisbeidi Pérez Laguna (Estudiante de Licenciatura en Educación Física y Deporte de la Universidad de los Llanos)
Resumen

Educar es acuerpar, poner el cuerpo como decimos en los activismos feministas.
Este trabajo refleja las experiencias y las memorias recogidas, en la práctica pedagógica extraescolar en el barrio popular el Topacio de la ciudad de Villavicencio/Colombia, durante el periodo académico I-2022, este proyecto educativo se socializó como “Educación Física para el cuerpo y el cuerpo para vivir sabroso” línea de profundización “Cuerpo, educación y cultura” del programa Licenciatura en Educación Física y Deporte de la Universidad de los Llanos.

Esta fue una propuesta por trabajar junto a las mujeres del barrio desde la pedagogía popular feminista, una apuesta política de mi formación, de mi vida, de mi enunciación como mujer y profa, un intento por acercarme, a lo que Adrienne Rich suscita como un “responsabilizarnos” del “ser mujer”: “Creyendo en el valor y la significación de la experiencia, las tradiciones y las percepciones de las mujeres”
Esta experiencia es una reflexión en torno al hecho de “hacernos cargo de ser mujeres implica que esa condición también debe ser parte de los procesos educativos.” (Montenegro 2016). Comienza entonces por colectivizar un espacio para las mujeres en el contexto popular, lo cual tiene que pasar necesariamente por ser un espacio sin la presencia y participación activa de hombres, con el propósito de explorar metodologías otras, no convencionales, que impliquen al cuerpo y sus lenguajes, códigos propios encarnados. Hablar de educación del cuerpo con las mujeres del barrio es tomar las experiencias concretas de la vida diaria como punto de partida, porque es allí donde están las búsquedas genuinas, preguntas sin respuestas y sus narrativas silenciadas.
Ahora bien, esto implica sacar del foco y desestabilizar el imaginario social hegemónico de la educación física y el deporte; ya que, desde esta perspectiva, educar con y desde el cuerpo, es priorizar la reflexión, el diálogo e invitar a la acción corporal como la forma principal de aprender. Por lo cual, se propone reconocer y abordar la diversidad, la dinámica del poder y el conflicto, además de sembrar y reconocer la necesidad de cuestionar suposiciones e investigar alternativas.
Movilizar los discursos y el dialogo se trata de compartir información y términos que permitan a las participantes decir lo que viven e identificar las fuerzas globales que influyen en lo local y lo personal. Razón por la que, en este tejido, también hablo de mis memorias políticas, en el sentido de que implicó redescubrir el barrio de mi infancia con varias inocencias transformadas y ya no solo con mi historia única de ser mujer, sino con una historia polifónica, traspuesta sobre muchas historias de mujeres pasadas, futuras y en mí siempre presentes.
Como lo señala Molina (2011), siempre volvemos a la experiencia una y otra vez en busca de significado. De manera que, volver entonces al barrio donde transcurrió mi infancia y comienzos de mi adolescencia, ahora con convicciones políticas sobre la importancia de educar desde lo popular y con perspectiva feminista, significo asumirme desnuda ante mis miedos más profundos frente al ejercicio de la docencia.