Educación Física y Enseñanza

Metodologías activas en la Educación Física: otra cara de la misma moneda.

  • Gabriel Sánchez Otálora (Universidad de la República, ISEF-Rivera)
Resumen

La educación escolar en las últimas décadas viene transitando un proceso de ruptura con los “métodos tradicionales de enseñanza”, impulsada especialmente por los organismos multilaterales desde la década de 1990, así se observa en el conocido “Informe Delors” para la UNESCO (1996). Este movimiento se consolida con las reformas curriculares en Brasil (2016; 2018) y Uruguay (2012), donde se argumenta constantemente la necesidad de nuevas metodologías con el fracaso de los métodos tradicionales. En este proceso de implementación, se impulsa por consenso y coerción. Por el consenso, a través de la difusión de bibliografía que refuerza la necesidad de asumir una supuesta “centralidad en el estudiante” y por la coerción, en la medida en que los profesores con cargo de coordinadores o inspectores obligan la implementación de la nueva concepción. La Educación física, no es ajena a este proceso y también, presenta producción bibliográfica enmarcada en esta tendencia. Lo encontramos en las orientaciones para la enseñanza del atletismo cómo la metodología “ludotécnica” (Gómez M.; Calderón L.; Valero V., 2014; Valero V.; Gómez M. L, 2013), o referente a la enseñanza de los deportes en general (Blazquez, 1999; Méndez, 2018); también está presente bajo nombres como “pedagogía positiva” (Light; Haervey, 2017), “centrada en el atleta” (Bowles; O’Dwyer, 2020) y en la misma dirección, la “practica reflexiva” (Gallimore; Gilbert; Nater, 2014). Estas propuestas metodológicas dicen negar la enseñanza que se centra en la técnica y que usa métodos directivos, por lo que proponen introducción de juegos, diálogos y formulación de soluciones por parte de los estudiantes. En este contexto proponemos analizar estas propuestas metodológicas con base en dos tesis: i) que las acciones corporales se configuran cómo medio para la realización de finalidades; esto significa que para dominar una acción corporal o técnica es necesario dominar toda la actividad en la cual se enmarca (Nascimento, 2014; Leontiev, 1969); y ii) que las manifestaciones de la cultura corporal o prácticas corporales, son expresiones de tres tipos de actividad dirigidas a el dominio de las propias acciones corporales, el dominio de las acciones corporales del otro y la construcción de imágenes artísticas con las acciones corporales (Nascimento, 2014). Con estas premisas, concluimos que las propuestas metodológicas que se denominan como “activas” modifican su métodos de relación con el estudiante pero no transforman la relación que estimulan con el objeto del conocimiento. En este sentido, se encubre el abordaje empírico de los fenómenos, es decir, la reducción de los mismos a sus aspectos sensibles - mismo de la escuela tradicional (Davidov, 1974), bajo tratos dialogados, reflexivos y a través de la inclusión de algunos juegos. Entonces, una superación de lo “tradicional” solamente es posible si se abordan los fenómenos en sus relaciones esenciales, lógicas e históricas, promoviendo el dominio total de la actividad.