En el marco de los procesos de cambio que significó la Revolución Industrial y la creciente urbanización derivada de ella, la vida cotidiana de la mayoría de las personas se vio marcada por transformaciones en sus estilos de vida, que entre otros aspectos comenzaron a evidenciar una paulatina reducción de la actividad física necesaria para el desarrollo de sus tareas y labores diarias.
En el transcurso del siglo XX, varias investigaciones científicas y especialmente las vinculadas al campo médico comenzaron a indagar sobre los peligros de una vida sedentaria como así también los beneficios ligados a una actividad física regular y racionalmente desarrollada. Se estableció una relación directa entre el sedentarismo y diversas enfermedades, lo que motivó la creación de recomendaciones y programas referidas a la actividad física para promover la salud.
Se reconoció que el ejercicio regular y la actividad física sistemática desempeñaban un rol fundamental en la prevención de enfermedades, la mejora de la calidad de vida y la prolongación de la esperanza de vida. Así, desde las últimas décadas del siglo XX, gran parte de este discurso médico y sus argumentos vinculados a la actividad física para la salud, comenzaron a incidir de forma significativa en la formulación de políticas públicas.
No obstante, surgió la conciencia de que el enfoque tradicional de la actividad física se concentraba en la aptitud física y la salud individual, sin abordar los determinantes sociales y ambientales que influyen en el comportamiento humano. A medida que se amplió la comprensión de los factores que influyen en la salud, emergió un enfoque más amplio de la actividad física, incluyendo la promoción de entornos saludables, la igualdad de acceso a la actividad física y la consideración de elementos sociales, culturales, políticos y económicos en este tipo problemáticas.
En el siguiente trabajo proponemos reconstruir la normativa estatal referida a la regulación de la actividad física y deportiva en espacios públicos y privados que se dictaminó desde marzo de 2020 hasta diciembre de 2021, en el marco de la pandemia de COVID 19 en Argentina. La intención es recuperar algunos sentidos que desde el Estado se construyeron en relación a los cuerpos, la salud y el entretenimiento en un contexto de emergencia sanitaria. Además, analizaremos la intervención estatal, haciendo foco en dos prácticas: en la acción directa y en la omisión de una decisión desde las políticas públicas.