En este trabajo se realizará un breve recorrido por la historia del planisferio Gall Peters,
aparecido hace 50 años. La idea es fundamentar la necesidad de la utilización de
diferentes proyecciones en la enseñanza de una geografía significativa. La escuela, por
lo general utiliza solamente el planisferio Mercator, dando por sentado o no discutiendo,
el problema de las proyecciones. Esto es fundamental en la formación de nuevos
docentes de geografía. La utilización generalizada de la proyección Mercator termina
por naturalizar la forma del mundo. En este sentido, la aparición de la proyección
Cilíndrica de Peters, luego llamada de Gall-Peters, provocó cierta revolución en la
cartografía, al mostrar los países en su verdadera proporción, aunque sin respetar las
formas. Simultáneamente la historia de la cartografía empieza a construir un discurso
que apuntaban a develar la naturaleza de los mapas, su relación con el poder y
conceptualizar los mapas como discurso social, superando la visión tradicional de los
mapas como instrumentos técnicos neutrales y desprovistos de ideología. La enseñanza
de una geografía crítica, significativa y valiosa socialmente requiere también
problematizar la cartografía que se utiliza en las aulas. Esto también amplía los
horizontes culturales de los estudiantes al mostrar que el Planisferio Mercator no es el
único.