La pregunta inicial alrededor de la cual gira la exposición es ¿por qué establecer diálogos
o conversaciones entre Artes y Geografías?
Ambas disciplinas han tejido relaciones desde hace siglos. En las últimas décadas,
asistimos al crecimiento del campo de relaciones Artes y Geografías, con más intensidad
que nunca.
Tanto las Geografías como las Artes han producido transformaciones en las formas en
que conceptualizamos y representamos el mundo. El campo se está tornando cada vez
más diverso y está en plena expansión.
El giro espacial, el giro cultural, el giro visual - creativo y el giro afectivo dentro de la
Geografía y las Ciencias Sociales, propiciaron un acercamiento mayor entre ambos
campos de conocimiento desde hace varios decenios. Se generó un efecto sinérgico de
reciprocidad más allá de los límites disciplinares que condujo a pensar en términos de
campos expandidos, hibridaciones.
La cultura y el pensamiento visual, en las coordenadas actuales, están marcados por un
bombardeo de imágenes, o como señala Joan Fontcuberta en el título de su libro, una
“furia de imágenes”, una inflación de imágenes sin precedentes. “Aquella aldea global
vaticinada por Marshall McLuhan se inscribe ahora en la iconosfera, que ya no es una
mera abstracción alegórica: habitamos la imagen y la imagen nos habita” (Fontcuberta.
2016. 9). Lo visual tiene una demanda permanente durante 24 horas; miramos el mundo
a través de pantallas. La transformación del capitalismo industrial en capitalismo cultural
(Rifkin. 2013. 187, 191), nos sumerge en un mundo de símbolos, redes, conexiones e
interacción y consumo.
Desde comienzos de 1990 muchos geógrafos comenzaron a incorporar en sus trabajos e
investigaciones, además de las pinturas y murales clásicos y modernos, otras prácticas
artísticas como esculturas, instalaciones, performances, música, dramaturgia, fotografía,
teatro, danza, comic, poesía, obras participativas y enfoques relacionados con el cuerpo,
1 “Geografías” y “Artes”, expresadas aquí en plural, denotan la amplia diversidad de campos de conocimiento,
enfoques, y perspectivas que involucran ambas disciplinas.
el hogar y la vida cotidiana, ambiente, geopolítica, ecología política, mapeos, exploración
y trabajo de campo, semiótica, psicología.
En las dos últimas décadas, se hizo más estrecha la relación entre las Geografías, las
Artes, y las culturas visuales. Aparece entonces, una nueva necesidad, además del
diálogo interdisciplinario, la de los “haceres” o el trabajo colaborativo con artistas,
proyectos curatoriales, y curaduría de contenidos. Es el momento en que podemos hablar
de las denominadas Geografías Creativas, una intersección que abre nuevos horizontes
de trabajo y conocimiento. O el concepto de Geocreatividad acuñado por Michael Dear
(2011) que versa sobre las conexiones entre creatividad (en sentido amplio) y Geografía.
Podríamos decir que en el campo de nuestra disciplina se está dando un “giro estético o
creativo”, o como la denomina Boris Grésillon (2014) una “Geografía del Arte”, en tanto
que en el campo del Arte se produce el “giro geográfico o espacial” (Bonastra, 2021, p.
217), o una aproximación geográfica del Arte. En este sentido, Grésillon considera la
Geografía del Arte como una nueva corriente disciplinaria, posible de situarla dentro de
los debates contemporáneos.
Las Artes y las Geografías poseen numerosas temáticas comunes -más de las que
suponemos-, y poseen campos muy ricos para entablar múltiples y diversos diálogos
desde un enfoque crítico, allende las fronteras disciplinares.
Los entramados que se van tejiendo entre diferentes profesionales y campos académicos
del saber, permiten resignificar muchos conceptos geográficos como espacio, territorio,
paisaje, lugar, ambiente, o cultura, y nuestro campo de conocimiento, a la vez que la
perspectiva geográfica enriquece otros saberes, especialmente en lo que a las Artes se
refiere.
El encuentro entre Artes y Geografías, despliega una gran variedad de líneas de
investigación, factibles de ser analizadas desde muy diversos ángulos.